Sácale el jugo a tus vacaciones.
En esta época en muchos lugares hay vacaciones escolares y de estación. Por tanto quienes somos padres hacemos milagros para distraer a nuestros hijos en su receso y también, tomamos las nuestras. Si bien el sitio que escogemos para el descanso depende en gran medida del presupuesto disponible, la riqueza de la experiencia de esos días son nuestra entera responsabilidad. Así que aprovecha al máximo este tiempo que dispones. Aquí te doy algunas recomendaciones.
Romper con la rutina es una forma de aprovechar las vacaciones.
Hay un conocido dicho que afirma que los seres humanos somos “animales de costumbre”. Podemos apreciarlo incluso en las vacaciones pues aun cuando es un tiempo de salir de la rutina, tendemos a repetir lo que ya hemos hecho, viajando a sitios ya conocidos, hospedándonos en lugares donde hemos estado, convirtiendo así las vacaciones en otra forma de rutina. Ciertamente, podríamos justificar que nuestra situación financiera limita la clase de vacaciones que podemos disfrutar y por ejemplo vamos a algún sitio donde tenemos familiares con los cuales quedarnos, etc. Pero incluso bajo estas circunstancias, está el reto de enriquecer la vivencia tanto como sea posible y aprovecharla no sólo para descansar y relajarnos, sino también para crecer, nutrirnos y expandir nuestros límites.
Usa tus vacaciones para ir más allá de tu zona de confort (de lo conocido). Si estás en un sitio que has visitado antes, trata de verlo con nuevos ojos. Descubre un parque, un lugar que no habías visitado, habla con los lugareños, indaga un poco sobre su forma de ver la vida, prueba una comida distinta. Son muchas las enriquecedoras experiencias que puedes tener si abres tus sentidos para apreciar lo que ocurre a tu alrededor.
Ser creativo en caso de unas vacaciones en casa o con un presupuesto reducido.
Hay situaciones económicas que podríamos pensar impiden que disfrutemos las vacaciones. A veces el presupuesto no permite viajes. Tal vez en esos casos es cuanto más creativos debemos ser. Bajo esta circunstancia, te invito a que te enfoques en que lo que mejor puedes ofrecer a tu familia, es tu presencia. Si te sientes frustrado(a) porque te hubiese gustado ir a algún lugar al que ahora no puedes visitar, sólo pierdes ese preciado tiempo del que dispones. Acepta la situación y busca darle la vuelta sacándole el jugo a esos días de descanso.
Aprovecha la naturaleza que en muchos casos es gratuita y puedes disfrutar de ella sin límites. Quédate observando paisajes hermosos y llénate de esa grandeza. En mi caso, me encanta ver el mar, hay tanta abundancia allí. También adoro la montaña. Estar en silencio oyendo toda la vida que se esconde en ese paisaje, es uno de mis mayores disfrutes. También te aconsejo que tomes consciencia de tus emociones mientras estás apreciando todo eso. Tal vez ese tiempo te permita entrar un poco más dentro de ti y que conozcas ese ser que ves al espejo todas las mañanas pero del cual te has desconectado.
Finalmente, tu casa puede ser un lugar maravilloso para vacacionar si esa es la única opción. Todo depende de tu creatividad. Cambiar de cuartos o de camas, hacer picnics en la sala, son sólo algunas ideas. Que los niños cocinen un día con una receta y la supervisión de mamá. Hacer una obra de teatro o coreografía con los integrantes de la familia. Las posibilidades son infinitas siempre y cuando aceptes tu realidad y aproveches lo verdaderamente importante, que están juntos y pueden disfrutar.
Compartir, el mayor regalo del asueto.
Aprovecha estos días para compartir más con tus compañeros de viaje o de vacaciones. Si estas con tus hijos crea oportunidades para hacer cosas en familia. Por ejemplo, inventa juegos, carreras, alguna actividad que los involucre a todos y les permita unirse más y divertirse. Prueba incluso practicar algún deporte, aunque tengas miedo, seguro aprenderás algo de ello. Permite que la risa sea parte de ese compartir. Bien sea con chistes, mímicas o cualquier tontería, ¡ríe hasta que te duela el estómago!. Verás lo bien que se sienten y cuanto aumenta la felicidad.
Además, toma un poco de tiempo para estar contigo. Comparte con el ser más importante de tu vida: ¡tú! Regálate un masaje, una buena lectura o unos minutos de silencio. En el descanso de las vacaciones puedes reencontrarte y revisar cuán satisfecha(o) te sientes de tu vida. Tal vez en medio de ese tiempo quieras hacer algún compromiso para cambiar algo de ti que no te da bienestar.
En definitiva, las vacaciones pueden ser también crecimiento y expansión. Así que, vamos: Aprovecha este descanso disfrutando y viviendo a manos llenas. Al final de esos merecidos días, seguro te sentirás revitalizada(o), con la sensación de haberte enriquecido, tal vez con una nueva visión de ti, de la vida. Entonces quien regresa del asueto, será una versión mejorada de quien originalmente las tomó. ¡Eso deseo para ti!
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.