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ARTÍCULOS

Dios está en todos

Una chispa Divina yace en cada uno de los seres vivos

Mi experiencia de encontrarme con Dios.

Hace unos años estaba en una larga cola debido al tráfico luego de un día de paseo. Mi esposo y yo habíamos comprado mucha comida y quería regalarla. De pronto veo que hay un indigente al frente. Siendo que el carro estaba prácticamente estacionado, voy en busca de este señor para ofrecerle la comida. Creía que se trataba de mi buena obra del día, sin saber que este ser era quien me iba a dar un gran regalo. Me acerqué al anciano y le ofrecí los alimentos. Al mirarlo, vi los ojos más limpios y brillantes que jamás haya percibido.  Por otra parte, su sonrisa era la más hermosa que haya recibido alguna vez.

Me sentí profundamente conmovida por su gratitud y porque pude sentir su amor. Fue una conexión especial, un encuentro de almas que no había experimentado con un desconocido. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me quedé unos instantes observándolo. Finalmente le agradecí su presencia, lo bendije y me despedí.

¿Qué ocurrió en ese instante? A pesar de que este señor tenía días sin bañarse y apenas unos pocos dientes, pude ver y sentir algo muy especial. La belleza que percibía no venía de su físico. Por tanto supongo que estaba «viendo» con el alma y no con mis ojos. Es difícil explicar esta experiencia, porque muchas veces las palabras se quedan cortas para describir emociones.  Para mi esta fue mi primera vivencia de ver y sentir a Dios en un completo extraño.

Las Caras de Dios.

Escribí un artículo llamado Las Caras de Dios (abajo el enlace) donde comparto mis ideas en cuanto a cómo esa Esencia Divina se encuentra en cada uno de los seres vivos. Algunos de mis seguidores/lectores me pidieron que les explicara un poco más del tema. Así que aquí estoy complaciendo peticiones. Además, me encantaría poder -por lo menos- hacer que cuestiones tus creencias en cuanto a este tema. Así que, si al final de esta lectura tienes dudas y preguntas, vamos por buen camino. La duda, es  el inicio para nuevos conocimientos y posteriores experiencias.

El Sendero de la Luz en Otros.

Soy certificada del Proyecto Internacional de Autoestima creado por Bob Mandel. En este modelo Bob habla de 10 Caminos a recorrer para llegar a la mejor versión de ti. El Camino 8 se llama El Sendero de la Luz en Otros y sugiere conectarse con el espacio sagrado en los demás. Bob Mandel dice que el espíritu (lo que yo llamo una chispa divina) ha sido repartido democráticamente por Dios en cada ser humano. Así, todos tenemos luz y oscuridad. Cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de decidir con qué parte del otro ser humano queremos conectarnos.

Ciertamente es un gran reto en el mundo en que vivimos ver esa luz en todas las personas. De hecho, soy venezolana y en mi amada patria existen grandes desafíos, algo que jamás imaginé ver en esta Tierra de Gracia. Durante este tiempo de dolorosas noticias e imágenes, tengo la certeza de lo que me corresponde hacer. Creo que mi mayor contribución -con este fuerte proceso que nos ha tocado vivir- es buscar la luz, en cada una de esas personas que podríamos percibir como perpetradores. He dedicado mi tiempo a hacer visualizaciones, perdones y ho’oponopono a los involucrados. Por supuesto, he hecho un gran trabajo para no juzgar ni albergar resentimiento por ninguna de estas personas.

Algunos podrían tildarme de ingenua, pues no parece que este trabajo personal pueda colaborar a disminuir la violencia que ocurre a nivel colectivo. Creo que la vida es compleja y no hay una sola causa para un resultado. Sin embargo, tengo la certeza de que este sendero de conectarme con la luz del otro me ayuda estar en paz. Por esto practico este camino con mucha disciplina, para buscar lo mejor de cada persona y hacer sintonía con eso elevado que cada ser tiene.

El resultado de esta práctica es que en mi entorno inmediato casi siempre hay paz y no conflicto. Tengo buenas relaciones y esa es una de mis mayores fortunas.

¿Cómo conectarte con el Dios del otro?

1.- Deshazte del juicio. En lugar de criticar a alguien, imagina cuan difícil pudo haber sido su vida. Tal vez ese ser tiene una herida tan grande que no puede ver su propia luz. Sólo quienes tienen un dolor muy grande son aquellos que hieren a otras personas sin consideración.

2.- Haz una oración por esa persona. Invoca que ese ser pueda ver su divinidad.

3.- Trata de ver a esa persona bajo una nueva luz, como un hijo de Dios aun cuando sus acciones no lo reflejen.

4.- Desarrolla la compasión, una forma de conectarte a otro donde vas más allá de la empatía. Tener misericordia por ese ser, sus errores y su dolor podría llevarte incluso a hacer algo para ayudarle.

5. Busca la luz de Dios en ti y reconócela. Tu manera de mirar al mundo es una forma de mirarte a ti mismo y entendiendo tu propia Divinidad puedes verla en los demás como un espejo de ti mismo.

Te aseguro que si tomas como cierto que Dios está en todos y buscas conectar con esa Esencia Divina, tu vida y relaciones darán un salto a niveles de bienestar que jamás viviste. Vamos, ¡inténtalo!

Nota: Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel.

Las caras de Dios

Autor: Carla Acebey de Sánchez

Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.