Logo Carla Acebey de Sánchez

ARTÍCULOS

Cómo rezar para conseguir lo que quieres

En tiempos tan convulsos, muchos creyentes de Dios acostumbramos a rezar. Ahora, luego de tantos años aprendiendo sobre conducta humana y energía, he encontrado la forma más poderosa para orar.

Mi oración cuando era niña.

Como muchos niños, rezaba diariamente con mamá. Recuerdo que no teníamos una casa propia, vivíamos en la conserjería donde mi mamá trabajaba. Eso significa que si perdía ese trabajo, no tendríamos donde vivir. Y era algo que nos asustaba, tanto que a mi corta edad de 8 o 9 años, rezaba con mucho fervor pidiéndole a Dios nos diera una casa.

En ese entonces, mi forma de ver la oración era que había un Ser Supremo, que estaba lejos de nosotros, en el cielo. A ese Dios todopoderoso era a quien le pedíamos con tanta fé que nos diera eso que necesitábamos.

Lo que aprendimos de la religión.

Fuimos muy católicos e íbamos a misa con frecuencia. Allí fue donde aprendimos de este Dios severo que te da las cosas si te portas bien, mientras que te castiga si lo haces mal. Durante muchos años tomé como cierta esa idea de Dios que afortunadamente luego de mis estudios espirituales cambié.

Ahora me siento más cerca de Dios que nunca y no es porque vaya a la iglesia, es porque siento que Dios está dentro de mí y más que un Ser severo y vengativo, es un Padre/Madre amoroso, que busca nuestro mayor bien. Entonces, cuando rezo, no lo hago a alguien que está fuera de mi, más bien me conecto con esa Chispa Divina que habita en mí y que a su vez se conecta con el todo.

Física cuántica y espiritualidad

Todo es energía, incluso Dios; o más bien, Dios es el origen de toda esa energía. Hay especialistas que dicen que Dios es el campo cuántico a partir de donde todo se produce.

En otros artículos he hablado sobre cómo la física cuántica explica la forma en que la energía se colapsa en materia. En mi criterio eso es lo que podemos hacer al rezar, usar nuestro poder creador para conectarse con la potencialidad pura donde todo existe.

Lo primero es comprender cómo y por qué se activa el poder de la oración.

Es importante empezar reconociendo que “la energía” de la oración, es un poder que funciona en base a las leyes universales. Seguidamente hay que recordar que el universo es “una fuente de poder de energía creadora” que tiene como propósito expandirse en todas sus dimensiones, también buscando la forma de materializarse a través de nosotros. 

“TODO se crea primero en lo invisible” y nuestro deseo o intención son simplemente expresiones del universo o Dios, que se quiere manifestar a través de nosotros. En realidad, nuestra función primordial como seres físicos, es ser canales de la energía de esa idea o deseo. Por estas razones, todo aquello que anhelamos o necesitamos “YA HA SIDO CREADO”, y simplemente está latente en el plano superior de lo invisible como forma de energía sutil, buscando expandirse en la configuración de este campo atómico que es el mundo de la materia. 

A la hora de la verdad lo que pedimos, nuestros anhelos, son la voluntad de Dios para nosotros. Por eso Jesús decía: “pide y se te dará”, pero esto muy en el fondo significa que es el Universo el que te está pidiendo que reconozcas y aceptes lo que te quiere dar como parte de tu propia voluntad. Es por eso que nace en ti un deseo, un sueño, una intención. La oración es para que te des cuenta de que YA SE TE HA DADO aunque aún no lo veas. 

Ahora bien: los vehículos receptores de esas ideas y deseos son el campo electromagnético de nuestra mente y nuestro corazón. 

La oración es simplemente el instrumento que decodifica lo que nuestro Ser superior anhela en conexión con ese universo de potencialidades y que se activa cuando nos comunicamos conscientemente desde la certeza de nuestro corazón y mente. Así, cuando oramos, simplemente entramos en ese espacio de reconocimiento y aceptación de que eso YA EXISTE en el formato de una idea en planos superiores. Orando, tan solo estamos generando las condiciones vibratorias adecuadas para que la idea se manifieste en el campo físico. Por eso…

La acción de rezar es: agradecer, sentir y actuar.

La forma como hacemos sintonía con las cosas y manifestamos es con la vibración, entonces debemos estar en una vibración similar a aquello que deseamos tener en nuestra vida. Entonces, rezar como lo hacía de niña, pidiendo que Dios me conceda algo no es poderoso. Porque ese tipo de oración se centra en la carencia: en lo que no tengo y deseo y esa vibración sólo trae más de lo mismo. Es decir, te mantiene en esa sensación de desear de algo que no tienes.

En mi caso personal, he aplicado esos principios de las leyes universales y la forma como rezo ahora tiene varias claves:

1.- Comienzo dando gracias, porque sé que esa oración que estoy haciendo ya está respondida. Eso que deseo ya esta dispuesto para mí.

2.- Uso tiempo presente. Si le hablo al universo del futuro, siempre mantendrá eso que quiero en el futuro. Por tanto cuando quiero algo, uso palabras y verbos conjugados en presente.

3.- Sentir es fundamental. Así que siento que eso por lo cual estoy rezando ya existe en mi vida y lo estoy disfrutando.

4.- Mi oración requiere acción. Es preciso actuar coherentemente con eso que quiero manifestar en mi vida.

El año pasado quería cambiar mi camioneta que tenía 100.000 kilómetros. Vivo en Venezuela, donde la situación económica es bastante desafiante. Para muchos esto podría representar un imposible. En mi caso, yo visualizaba la nueva camioneta, me veía en ella, sonreía mientras imaginaba que la manejaba. Me mantuve así varias semanas. La verdad es que no tenía mucha liquidez para hacer la compra, pero me mantuve diciendo: Gracias Dios por mi camioneta nueva. Por otra parte, mi esposo tenía una amigo que se había ido del país y había dejado una camioneta con 1.000 kilómetros. Yo pude vender la mía y agregar dinero para comprar esa camioneta, prácticamente nueva. Ahora disfruto de eso que tanto quería.

Cinco formas de rezar

Te regalo este interesante video de Gregg Braden, donde habla de las formas de orar y te da un ejemplo maravilloso.

Rezar es una actividad que hago a diario, varias veces. Me conecta conmigo, con Dios y las infinitas posibilidades que tenemos. Al abrir mis ojos, rezo y antes de dormir, también. Te invito a que lo hagas frecuentemente. Si necesitas inspiración, sígueme en mis redes @carlaadesanchez. Todas las mañanas tengo distintas oraciones, así que allí te espero.

¿Cómo superar la pelea?

Empoderarte es saber usar tu mente a favor

Autor: Carla Acebey de Sánchez

Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.