Las relaciones sanas se logran con respeto
Una repentina enfermedad de mi mami ha puesto a prueba la relación que tenemos entre los hermanos. Atenderla requiere de respeto y confianza. Así que en este artículo te hablaré sobre cómo mantener relaciones sanas.
Una historia con la que puedes identificarte.
En este artículo estaré hablando de una situación personal que puede servirte de reflexión sobre la forma como nos relacionamos.
Mi mami tiene 84 años y su condición cardíaca se ha agravado. Por tanto, a partir de este episodio, no puede quedarse sola y requiere atención constante. Esto ha hecho que los 4 hermanos que somos, tengamos que organizarnos para atenderla.
A pesar de ser hijos de la misma pareja y criados todos bajo los mismos parámetros, somos diferentes. Así que tenemos puntos de vista y reacciones distintas. También tenemos diversas formas de abordar la situación, pues como siempre, todo depende de la interpretación de cada uno. Ponernos de acuerdo en cómo cuidarla, qué darle, a qué médicos atender y qué decisiones tomar puede ser un desafío. Debemos cuidar a mamá pero al mismo tiempo, cuidar que nuestras relaciones sigan sanas y armoniosas. Por esto la gran acción necesaria es el respeto y los acuerdos.
Ejemplos sobre relaciones no sanas.
Me contaba una cliente sobre su amiga que está en una relación con un hombre a quien ama. Ella tiene urgencia por conseguir los papeles de la ciudadanía y para asegurar eso decidió dejarse de cuidar y más bien procurar un embarazo. Esta chica le cuenta a mi cliente que cree que pronto quedará embarazada, que eso significará que la relación se estabilice más y se casen. Así ella conseguirá la anhelada ciudadanía Australiana y podrá pedir a sus hijos que se encuentran en Brasil.
En su urgencia por lograr lo que desea, no se da cuenta del daño que le está haciendo a la relación. No ve que los deseos de su pareja también tienen que ser respetados y tomados en consideración. Este hombre, la darse cuenta, podría sentirse tan manipulado que podría no querer permanecer en una relación así. De tal manera, que en su inconsciencia está dañando cualquier posibilidad de una relación sana y estable.
Así actuamos a veces, donde la otra parte de la relación se vuelve prácticamente invisible. Es decir, no se considera ni sus opiniones, necesidades o deseos.
En casos más graves, nuestro deseo de lograr lo que queremos es tan fuerte que manipulamos a los otros o les queremos controlar a toda costa. ¿Cómo podemos creer que una relación así va a ser armónica o fluida? ¿Cuánto tiempo creemos que una relación puede durar con esa dinámica?
Te respeto, la segunda propuesta del PIA.
El segundo punto del Proyecto Integral de autoestima sobre el cual estoy escribiendo se llama «Te respeto». Y nuevamente, luce fácil, pero a veces es tentador olvidarnos de esto y pasarle por encima a la otra persona.
Debemos ser el centro de nuestro universo. Pero también a veces queremos ser el centro del universo del otro, bien sea nuestra pareja, hijo, amigo o cualquier otra relación. Estamos tan centrados en nuestras necesidades y deseos, a veces nos sentimos tan faltos de afecto, atención o compañía, que el otro -sin quererlo- pasa de ser un individuo a ser la fuente que nos va a resolver esa carencia. Así, ponemos un peso en esa relación que no debería tener e irrespetamos al otro
Tips para lograr el respeto al otro
1.- Recuerda: el otro, es el centro de su universo, la persona más importante en su vida. Y eso está bien, así como tú lo eres para ti.
2.- Date cuenta que no hay verdades absolutas. Hay más bien puntos de vista y cada quien tiene el derecho de tener su opinión con respecto a algo aunque no se parezca a la tuya. Cuando esto ocurra en alguna relación, en lugar de decirle: estás equivocado(a) puedes decir, yo no lo había visto así. Como yo lo veo es… Y con esto no tratas de convencer, sino de expresarte. El mundo es diverso y eso es enriquecedor, así que abre tu mente para ver que hay otras perspectivas.
3.- Respetar al otro no significa ser falso, callando o pretendiendo que estás de acuerdo. Puedes ser honesto y gentil, diciendo tus opiniones mientras oyes verdaderamente las propuestas de la otra persona.
4.- Relaciones sanas tienen desacuerdos, pero la forma cómo los manejan es con respeto. Tú puedes expresar lo que sientes, oír activamente lo que dice la otra persona. Podrías decir: «entiendo tu postura y la respeto». «Yo tengo una forma distinta de verlo». Si ves que la conversación se torna muy intensa, puedes pedir una pausa, para hablar en un momento donde ambos estén más calmados.
5.- Cuando éramos niños, nos forzaban a respetar a los otros y eso a veces significaba someternos. Esta no es la propuesta del PIA. Hay momentos donde el respeto a ti (expuesto en el artículo anterior, que te coloco más abajo) hace que te preserves, que no permitas malos tratos y hagas un alto. Puedes decir: No puedo aceptar esta forma como me tratas. Así, no seguiremos hablando. Si quieres seguir, será cuando estés más calmada(o).
Encontrar ese balance donde te respetas y respetas al otro puede tomarte un tiempo. Sin embargo, todo cuanto inviertas para mirarte con otra luz y también a los demás, dará frutos pues tus relaciones serán sanas, felices y fluidas. ¡Vamos, tú puedes!
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.