Logo Carla Acebey de Sánchez

ARTÍCULOS

Que el amor y la bondad venzan al miedo

Es posible vencer la intolerancia, con amor

Ante la agresividad y muestras de intolerancia hacia las personas de distintos orígenes, quiero hablarte del amor. Marthin Luther King sabiamente decía «La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Sólo la luz puede hacerlo. El odio, no puede sacarnos del odio, sólo el amor puede hacerlo». Creo que en medio de tantos conflictos en todo el mundo, tal vez la única respuesta es precisamente el amor. Mi intención es que podamos ir más allá de las apariencias. Ojalá puedas desarrollar un punto de vista más gentil en cuanto a los demás. Espero esto ayude.

El miedo y la ignorancia son la raíz de la intolerancia.

Definitivamente los seres humanos somos complejos y nuestras formas de pensar y ver la vida son diversas. Sin embargo, individualmente muchas veces no lo entendemos así. Desde mi experiencia con el Proyecto Internacional de Autoestima, sé que para muchas personas el miedo es la emoción que surge ante lo distinto. Esto porque aprendimos que nuestra valía se basa en tener la razón. Así, cuando la autoestima es frágil, una persona puede sentirse amenazada ante lo desconocido. Nos atemoriza lo que es diferente a lo que estamos acostumbrados.

A veces instintivamente nos cerramos para ni si quiera considerar lo que otros hacen y así nos negamos a aprender algo nuevo. Quisiéramos hacer desaparecer a quienes son distintos para no sentir esa incomodidad en nuestro cuerpo.

Sin embargo, no todo lo desconocido es malo. Por el contrario, hay mucha riqueza en el mundo y costumbres que no conoces pero que pueden ser muy nutritivas. Te daré un ejemplo: si yo soy una persona callada o tímida, aquellos que son extrovertidos y conversadores podrían ser una amenaza si mi autoestima no es fuerte. Lo contrario sería sentir que esta bien ser de una u otra manera. En ese caso, incluso puede ser divertido ver cómo otras personas tienen esa facilidad para conectar rápidamente con otros.

Las etiquetas y los juicios, la peor forma de relacionarte con alguien.

Otro tema importante en cuanto a este tema tiene que ver con las etiquetas que le ponemos a las personas. Con esto me refiero a cuando generalizamos, haciendo que todos los que tengan determinada «etiqueta» siempre son de la misma manera. Por ejemplo: los venezolanos son … , las mujeres son…, los negros son…, etc.

Cuando pones bajo un adjetivo a todo un grupo de personas, estás perdiendo la experiencia de verdaderamente conocer quién es el ser que tienes en frente. Eso es lamentable. Por un momento imagina que encontraste a la persona más maravillosa del mundo. Pero como ya tienes un prejuicio con respecto a esta por su acento, nacionalidad, color de piel, peso, apariencia, o cualquier otra cosa perderás la oportunidad de verdaderamente conocerla.

Así que uno de los mayores desafíos es salir de nuestros juicios y dejar de encasillar a las personas. Incluso una misma persona, en la mañana puede ser un ogro y en la tarde un encanto. Si ya tú decidiste que esa persona es «amargada» tu actitud al encontrártela en la tarde será basada en tu experiencia previa. Y ¿qué tal si fuese al revés? es decir: que seas tú quien en la mañana estaba muy malhumorada por un incidente que tuviste, pero en general eres alegre y gentil. ¿Te gustaría ser etiquetada por los demás y condenada por un comportamiento que fue circunstancial?

El cambio no ocurrirá de un día a otro, pero te aseguro que tus relaciones serán infinitamente más pacíficas si eliminas las etiquetas y prejuicios y vives en el presente conectándote con la persona que se acerca a ti.

El mundo de amor que tú y yo podemos construir.

Experimento un mundo donde la bondad, la solidaridad y el amor están a mi alrededor. Lo veo en las personas que tienen ideas novedosas para ayudar a superar cualquier desafío, como reforestar el planeta. https://www.youtube.com/watch?v=PgnqOJaM8cs

También lo percibo en jóvenes como los de @sancochoteam en Venezuela que en lugar de irse de fiesta un fin de semana preparan comidas para repartirlas a los más necesitados.

Sé que hay otras realidades, pero donde quiero poner mi atención es precisamente en ese mundo de solidaridad donde la cooperación, el respeto y la ayuda es posible. También sé que falta mucho para que esos sea lo único que veamos, pero confío que estamos en el camino a construirlo.

Todos somos hermanos, literalmente.

Te regalo un video que tiene tiempo, pero me parece sumamente revelador.

Pasamos buena parte de nuestra vida, defendiendo lugares, incluso países, ideologías, sin darnos cuenta de que si nos vamos atrás, todos tenemos el mismo origen. Podemos haber desarrollado costumbres distintas, lenguajes diferentes, pero somos hijos de la misma raza: «La raza humana».

Todos anhelamos sentir amor, todos queremos ser felices, todos tenemos metas y sueños que alcanzar. Ese ser que viene de otro país y que tal vez habla diferente, de muchas formas se parece a ti: es un ser humano igual que tú. Así que por favor, aunque sientas miedo, date la posibilidad de conocerle. Abre tu corazón y date cuenta de que hay muchas más coincidencias que diferencias. Recuerda que la vida da muchas vueltas. Tal vez un día tú estés en ese lugar de esa persona a la que hoy juzgas y condenas duramente.

Ojalá que mis palabras pudieran ayudarte a sentir más compasión para que en lugar de miedo, le des cabida a la bondad.

Las caras de Dios

Comenzar de nuevo – Curso vía WhatsApp

Permítete sentir dolor ante una pérdida

Autor: Carla Acebey de Sánchez

Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.