Logo Carla Acebey de Sánchez

ARTÍCULOS

Las caras de Dios

Al ver las miradas limpias y la sonrisa de unos niños, mostrando su ternura e inocencia, es fácil pensar que Dios está presente. Pero ¿qué pasa con aquellas personas quienes crees te han lastimado? ¿Puedes creer que el Ser Supremo yace también en quienes abusan o asesinan? Escribo este artículo para que revises si tienes una imagen específica de Dios o puedes ver en todos Su presencia.

Un video conmovedor.

Recientemente vi un video donde un niño le dice a su mami que va a encontrarse con Dios.  Se lleva unos jugos y pasteles, llega a un parque y se sienta a hablar con una indigente. Comparte con ella lo que llevó, conversa y se ríe con esta señora. Al regresar a casa le dice a su mami: Dios es una mujer. Luego el video continúa con una nueva escena donde la misma mujer habla con otra persona de la calle y le dice: Dios es más joven de lo que esperaba.

Aquí puedes ver el video completo:

Esta propuesta de alguna forma ejemplifica algo que creo, que sé. La Divinidad no es ese Ser que está arriba en el cielo mirando cómo nos comportamos para castigarnos si lo hacemos mal. Por el contrario, Dios está en cada uno de nosotros y por tanto Sus atributos están en ti y en mi. Algunas experiencias que nos ocurren en el transcurso de la vida, nos alejan en mayor o menor grado de nuestra naturaleza divina. Sin embargo esa chispa de Dios yace en cada uno, aunque a veces no podamos verla, sentirla o estemos muy alejados de esta.

Creo firmemente que si actuáramos desde ese Dios y nos dirigiéramos a La Divinidad que está en el otro,  el mundo en el que viviríamos sería ese cielo que nos han ofrecido luego de esta vida. Seguro que estás de acuerdo conmigo con esta afirmación. Sin embargo, es mucho más fácil pensar que si otros actúan mejor; tu ciudad, país o continente serían un lugar más gentil. Siendo que sólo somos responsables de nuestra vida, el gran desafío es que tu elijas vivir de acuerdo a esta propuesta. Seguro sabes que a la única persona que puedes cambiar es a ti mismo. Entonces para actuar a la altura de ese Ser Supremo, es necesario cambiar pensamientos y acciones.  Yo lo he hecho y si bien requiere de gran compromiso, el estado de tus relaciones valen ese esfuerzo.

Dios está en todos.

Es fácil ver a Dios en los ojos de nuestros hijos o en la inocencia de un recién nacido. Incluso podemos verlo en la alegría de nuestro perro al recibirnos en casa. Y los tratamos acorde a eso, con el amor y respeto propio de quien se dirige a alguien sagrado. Sin embargo creo que allí no está el desafío, es natural amar a nuestra familia, allí no hay ningún esfuerzo.

Por otra parte, al referirnos a quien nos ha traicionado, o que no piensa como nosotros, tendemos a juzgar y descalificarlo. Para nada queremos considerar que también Dios está dentro de esta persona. Nos enfocamos en mirar su parte oscura y nos aferramos a ella porque creemos que así nos defendemos. Además, creer que tenemos la razón de esta forma, refuerza nuestra valía. Sin embargo, allí no está la paz.

Ver a Dios en todas las caras que se te cruzan por el camino no ocurre automáticamente. Es más bien proceso basado en una decisión y un compromiso personal. También viene del deseo de abrir el corazón, más allá del conocimiento o las razones. Es un trabajo profundo de consciencia, un paso a paso de mirar a todos con otros ojos. Cuando se avanza en este camino, el mundo de conflicto desaparece. Y entonces llega la paz, la compasión y la felicidad.

Ojalá quieras intentarlo. Si no sabes por donde comenzar, pregúntame, investiga. Si lo decides, las personas adecuadas para dar ese paso llegarán. Cuentas conmigo para acompañarte en esa transformación.

Autor: Carla Acebey de Sánchez

Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.