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El buen humor ayuda al buen amor

Para tener buenas relaciones, aprende del buen humor

¿Crees que tener buen sentido del humor es un atributo importante en las relaciones? Aquí te comparto mi experiencia.

Las mujeres somos intensas

Si bien he aprendido que no podemos generalizar porque somos seres únicos y diferentes, hay ciertas características que se repiten en los géneros. En mi caso, en el pasado yo era una mujer muy intensa, con una emocionalidad muy cambiante. A eso le agregamos que siempre fui una buscadora, me consideraba una persona profunda, por lo cual siempre estaba analizando y buscando por qués en mi vida.

Por otra parte, mi esposo es una persona ligera, con un muy buen sentido del humor, juguetón. Al principio de nuestra relación, cuando teníamos diferencias, yo quería conversar, analizar, expresar mis emociones y mi pareja estaba para oírme. Pero con frecuencia en medio de mi intensidad, él respondía con un chiste o una ocurrencia que me desencajaba.

En esos momentos, yo juzgaba a mi esposo porque me parecía que yo era profunda y ese era un tema serio, mientras el se tomaba la cosa a la ligera. Pensaba que eso lo hacía superficial. Esta actitud a veces complicaba más resolver la diferencia.

Pero con el tiempo aprendí a ver esto distinto y empecé a valorar esa forma juguetona de reaccionar ante alguna situación.

Sigue leyendo que esto se pone bueno….

El buen humor es un regalo.

¿Te ha pasado que llegas a un sitio donde sientes que el ambiente casi se puede cortar con cuchillo de lo pesado que está? Es que, aunque no la podamos ver, la energía se siente.

Todo es energía y a veces debemos aligerar esa energía para resolver el desafío que enfrentamos. Hay personas que saben hacer esto intuitivamente, sin dificultad y otros hemos tenido que aprenderlo en el camino.

Al inicio de mi relación (hace unos 20 años), yo veía que un chiste en un momento álgido era un irrespeto a lo que estaba ocurriendo. A veces eso incluso nos generaba más conflicto por la reacción que yo tenía como resultado al chiste. Luego entendí que mi esposo podía cambiar la energía y el tono emocional de la conversación, aligerando la situación. Era su forma de decir: esto no es tan importante y valoro más nuestro amor que esta diferencia.

Cuando lo vi de esa forma, hubo un cambio importante en mí y mi reacción. Apreciaba mucho que mi esposo tuviese esa habilidad para mejorar las cosas. Con el tiempo, no es sólo él quien eventualmente usa sus chistes, yo también lo he aprendido a hacer. Además, no sólo lo usamos en buen sentido del humor en esos casos, sino en muchos momentos de la relación.

Buen humor: sabiduría o evasión.

A veces tenía la impresión de que un chiste en un momento de dificultad era una forma de evadir lo que estaba ocurriendo. Pero con el tiempo mi percepción cambió. Porque esto no venía de fingir que nada estaba pasando, sino que poníamos por encima del conflicto las cosas buenas de la relación.

Si es verdad que he visto personas que usan el chiste y los juegos para no contactar nunca con sus emociones. Eso es algo a lo que hay que tener cuidado. Y también es una línea muy fina que no siempre es fácil darse cuenta. Tal vez sea una pregunta que cada uno de nosotros deba hacerse para saber en qué lado se encuentra.

Por otra parte, creo que es un gran acto de sabiduría reírse de uno mismo, no ser tan dramático y si, atender y resolver lo que ocurre, pero no «revolcarse» en el conflicto, la miseria o la tristeza. A veces nuestra mente nos juega en contra, porque en medio de una dificultad, se mantiene rememorando una y otra vez el tema de la dificultad o la discusión, resintiendo y amargándose una y otra vez.

¿Te das cuenta todos los matices que tiene el buen humor?

Para un buen amor, un buen humor.

Ahora sé que todas las relaciones requieren una buena dosis de sentido del humor. Por supuesto palabras amorosas son necesarias, respeto, compromiso y muchos otros elementos. Sin embargo, el buen humor tiene un lugar especial.

Las risas, los juegos, la ligereza definitivamente agregan alegría a cualquier relación. Y cuando hay momentos de dificultad, este buen humor es como una base, que puede ayudar a sobrellevar mejor lo que se vive.

Adoro reírme con mi pareja, familia o amigos. Me encanta reunirme con mi gente querida y oír un buen cuento, chiste o algo gracioso. Ante un mundo tan complejo, lleno de tantos desafíos, experimentar situaciones que nos causan risa, poner una película divertida o una canción alegre, bailar, todo suma para ayudarnos a ver verdaderamente en qué consiste la vida: en aprender a ser felices.

Así que querido(a) lector(a) por favor, si aún no lo haces, no seas como mi vieja versión: intensa y enrollada. Sé más bien ligera, gentil, alegre y amorosa. Tú podrías decir que depende de lo que esté ocurriendo fuera de ti que tú puedes ser de una u otra manera. Pero precisamente mi invitación es a que cultives la liviandad dentro de ti y en lugar de ser reactiva ante lo que ocurre afuera, seas más bien quien inicie o rompa un ciclo aportando tu buena energía. Vamos, que ¡si se puede!

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Autor: Carla Acebey de Sánchez

Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.