¡Atrévete!
Si en tu corazón está el deseo aprender o lograr algo y no lo haces por temor a los errores, te invito: atrévete! Es tu momento de cambiar.
Hace un tiempo, mi hijo estaba en clases de baloncesto y participó en algunas competencias con su equipo. Al acompañarlo a los juegos observé que apenas recibía el balón lo lanzaba a otro compañero. Así que le pregunté por qué siendo el más alto no intentaba encestar. Me dijo que no quería equivocarse y que a pesar de que al recibir la pelota tenía oportunidad de hacer algunos puntos, sus dudas hacían que en instantes desistiera. Por eso prefería irse por lo seguro entregando el balón a otro compañero.
Para apoyarlo, le conté que cuando tomé clases de inglés aprendí rápidamente. El profesor me decía que era porque no me importaba decir cualquier tontería. Como a veces digo, no tengo temor de hacer “el ridículo” y creo que por ello me atrevía a hablar incluso con todos los errores que pudiera estar cometiendo.
Reflexión: Los errores son lo que nos permiten aprender y mejorar
La experiencia de mi hijo ejemplifica lo que experimentamos en nuestras vidas. ¿Cuántas veces nos limitamos por no querer cometer errores? Tengo otro ejemplo, mi querida sobrina con mucho esfuerzo se compró un carro. Estaba muy contenta porque ese fue un gran logro para ella. Sin embargo, luego de unos meses, aún no lo maneja. Tiene quien le conduzca, pero su temor a un accidente no le ha permitido hasta ahora ser ella quien maneje su propio carro.
Si lo pensamos fríamente, podríamos decir que estas situaciones son un absurdo porque el error es parte del proceso de aprendizaje mismo. Pero no lo vemos de esa forma. Olvidamos que no nacemos sabiéndolo todo y, en definitiva, del error es a veces de lo que más se aprende. Siempre digo que la maestría en cualquier actividad solo se logra repitiéndola una y otra y otra vez. Y sólo quien tenga la valentía de superar los errores o fracasos, es quien llegará a dominar cualquier actividad. En el caso de mi hijo, no habían mayores riesgos materiales, en el caso de mi sobrina los hay. Pero en ambos casos creo que el mayor riesgo es el emocional. Son los temores internos a los que tenemos que enfrentarnos para lograr lo que queremos.
Tu tienes la semilla del éxito. Atrévete a hacerla germinar.
Yo creo que Dios planta en nosotros la semilla del deseo de algo, nos da los talentos para llevarlo a cabo y al mismo tiempo algunos retos que vencer a propósito de ese deseo. Nuestra labor es lograr lo que deseamos. Para ello, debemos sobreponernos a los obstáculos, internos y externos. Es verdad que es un desafío y requiere práctica dominar algo, pero si te rindes sin siquiera empezar, quedará en ti esa sensación de fracaso o de no haberlo intentado lo suficiente.
Si en tu corazón deseas aprender o lograr algo, ¡atrévete! Inténtalo cuantas veces sea necesario, no desistas sólo porque tienes miedo o dudas. Podrías decir que para mí es fácil decirlo, que yo me he entrenado en el manejo de los sentimientos. Es verdad, pero no importa cuántos cursos haya hecho o cuanta inteligencia emocional haya desarrollado, todos los seres humanos estamos expuestos al temor, nadie deja de sentirlo. La diferencia es, en mi caso, que aprendí que esta emoción no me limita, que yo puedo sentirla y no dejar que impida mi accionar y menos aún ir detrás de mis sueños.
Recomendaciones para que el miedo no te detenga:
1.- En el momento que estas sintiendo el miedo, toma unas cinco respiraciones profundas.
2.- Usa esos segundos para identificar lo que ocurre en tu cuerpo, date cuenta donde se localiza ese miedo.
3.- Puedes verbalizar lo que sientes: tengo miedo a…, o tengo miedo por..
4.-Repite “Yo (tu nombre) puedo (lo que quieres lograr) aunque tenga el temor a…” En el caso de mi sobrina por ejemplo sería: Yo xx puedo manejar aunque tenga temor a chocar.
5.- Finalmente te atreves y lo intentas. Si no llegas a este paso, aunque hagas mil afirmaciones, no lograrás el resultado deseado.
Tengo una frase que repito en mis talleres y mueve mucho a mis participantes. Digo: la felicidad es para los valientes, ¡atrévete a ir por ella! Creo que la felicidad se encuentra a veces en pequeños momentos y a veces en grandes sueños. Cualquiera de los casos que sea, no te rindas, inténtalo, esfuérzate y lo lograrás. Al final, más temprano que tarde dominarás y serás maestra(o) en aquello que quieres lograr. Tienes todo lo que se requiere para tener éxito, así que vamos, tu puedes!!
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.