Tú haces la diferencia. ¿Lo sabes?
A veces nuestra autoestima es frágil y no vemos que podemos hacer la diferencia en nuestra vida y en la de los demás. ¿Sientes, por ejemplo, que eres un regalo, una bendición para este mundo? Sigue leyendo y podrás afirmar que así es.
Todo depende de tu apreciación.
Cuando pensaba en escribir este artículo, venían varias ideas a mi cabeza. Espero con este símil poderme explicar.
A partir de la llegada del virus nuestras vidas han cambiado y creo que también la apreciación que tenemos de muchas cosas que dábamos por sentado. Por ejemplo: caminar y respirar libremente, sin ninguna mascarilla que se interponga; tomar sol; pasear en la naturaleza, abrazar a un ser querido, reuniones familiares o con amigos e ir a la playa.
En mi caso, me he entrenado para apreciar las cosas, todo, hasta lo más sencillo. Y aún así, esta experiencia reciente ha hecho que mi forma de mirar esos regalos de Dios sea aún con mayor gratitud. Por ejemplo, tenía casi dos años sin ir a la playa, cuando estuve en ella, salté, reí, disfruté como niña y me sentí en la gloria.
¿Qué quiero decir con todo esto? que la forma como apreciamos las «cosas» hace la diferencia en nuestra vida. Si aprecias el sol, los disfrutas más y lo agradeces más. Cuando estás en presencia del sol, te sientes bendecido por el regalo que significa poder disfrutarlo.
¿Te ha pasado esto? Ahora, el sol siempre ha estado, igual que todos los otros ejemplos que cité. Pero, como dice el título, ha sido nuestra dificultad para disfrutarlo lo que ha hecho que lo valoremos mucho más.
¿Qué tal si trasladamos esa apreciación hacia ti?
De la misma forma como ahora podemos darle un mayor valor al sol, a la playa o al contacto con nuestros afectos, te invito a que hagas este ejercicio contigo.
A veces, nuestras experiencias previas, condicionamientos limitantes y sobre todo una autoestima frágil, nos hacen percibirnos como algo normal. Pero eso no es así, créeme ¡Tú haces la diferencia! Eres un ser importante, valioso. Tu presencia en este planeta tiene un sentido. Ahora, ¿realmente te sientes así? ¿te ves como hija(o) predilecto de Dios, una chispa divina que está en esta maravillosa Tierra para algo especial?
Yo soy una bendición, el 9no. punto del Proyecto Integral de Autoestima (PIA)
«Yo soy una bendición» es una frase muy poderosa. Y sólo puede decirla o sentirse así quien ha fortalecido su sentido de valía.
En el pasado, veía esta frase como un acto de arrogancia. Porque de alguna manera pensaba que sentirse así era poner de menos a los demás. Ahora veo que no es así, por el contrario de veras quisiera que todos nos sintiéramos de esa forma. Creo que el mundo sería muy distinto si todos supiéramos y sintiéramos que hacemos la diferencia.
Te recuerdo que mis últimos escritos he estado hablando del PIA que es un modelo creado por Bob Mandel que ha transformado mi vida. Esto porque me ha permitido desarrollar el verdadero amor por mí y por los demás.
Ahora, digo con humildad: yo soy una bendición, yo hago la diferencia en el mundo. Y ¿Cómo ocurre esto? Con cosas muy sencillas: cuando sonrío genuinamente para dar los buenos días a un desconocido, cuando le doy el aventón a mi vecina que no puede caminar y necesita ir a la farmacia, cuando preparo comida que reparto en las calles a los necesitados, cuando le dedico a mi mamá los minutos en los que me quiere contar algo (que tal vez ya me lo ha dicho 50 veces).
A veces pensamos que sólo hacen la diferencia las personas famosas: los artistas, los políticos, los jugadores destacados. Bien sea porque tienen el dinero o el poder para hacer un impacto en el mundo. No estoy de acuerdo con esto. Creo que todos podemos hacer esa diferencia en nuestra vida y en la de los demás. Pero primero pasa por reconocerte como una bendición.
En cada uno de los puntos que este maravilloso modelo PIA hay un reto. En este caso, indudablemente no todos los días me siento una bendición. Ahora que cuido a mamá, a veces pierdo la paciencia. Hago la reflexión, me disculpo si es necesario. Incluso tomo un tiempo sola conmigo, para revisarme. Luego regreso y trato de brindarle la mayor comprensión que me sea posible.
Esto es lo que para mí significa ser una bendición.
Vamos, haz tu trabajo para sentir que haces la diferencia
Como te decía, todo esto tiene que ver con la apreciación (cómo te miras) y la valoración (cuánto te quieres). Ojalá hagas tu trabajo para sentir que eres una luz en tu vida y en la de los demás. Esa luz brilla cuando permites que aflore lo mejor de ti y brindas eso, para ti y para los demás.
Ayer hablaba con una cliente en consulta y le decía lo mucho que me gustaba su risa, es tan contagiosa, que al oírla, simplemente quiero reírme con ella. Aunque no se lo cree totalmente, Ella y su risa son una bendición. La admiro porque a pesar de sus desafíos, cada vez se quiere más.
Así que amiga, amigo que me lees, ojalá te sientas que eres una bendición, que compartas lo mejor que tienes para dar y que dejes que tu luz brille. ¡Vamos! tú puedes hacerlo. Este mundo lo necesita.
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.