Abre tu corazón al amor
Durante estos días se celebra el día del amor y la amistad. Un día que enaltece ese sentimiento. Algunos se sientes felices y afortunados de tener con quien disfrutarlo. Otros por el contrario, perciben ese día como triste porque están solos o se sienten solos. En cualquiera de los casos, hoy aprovecho para hacerte una invitación: Abre tu corazón al amor.
El amor, nuestro más anhelado deseo.
El amor es el motor del mundo, eso es lo que creo. Sin embargo, muchas veces nos enfocamos en ese amor romántico, sin darnos cuenta que la vida tiene más. Por supuesto que es una fortuna tener una relación amorosa y si esa es tu meta, te invito a revisar algunos de mis artículos que te orientan al respecto. Adicionalmente, creo que nuestra vida se hace más rica si compartimos ese amor que está en nuestro corazón con mucha gente, distintos tipos de relaciones.
Aún cuando lo anhelamos, en muchos casos, no nos atrevemos a dar amor. Vivimos en un mundo lleno de muros, no sólo físicos, sino también emocionales. Creo que es lamentable que cada vez más nos encerremos en nosotros y perdamos la posibilidad de enriquecernos con el contacto humano. Sé que podríamos enumerar razones para explicar esta situación, como la inseguridad.
Sin embargo, a veces es una excusa para esconder nuestro temor a ser lastimados, no sólo físicamente. La consecuencia es que cada vez nos aislamos más del mundo y de la posibilidad de experimentar el amor. Este mundo tiene millones de cosas maravillosas para darnos, muchas personas fabulosas que conocer. Pero si no nos abrimos a este, nuestra vida se reducirá a una rutina de sobrevivencia y a veces soledad entre multitud. Conocer todo a través de internet, no es tan maravilloso como vivir la experiencia en vivo y directo. ¡Te lo aseguro!
Mi experimento sobre abrir el corazón.
Tengo una rutina de caminar en las mañanas y para ello voy a un bonito parque cerca de casa. No me gusta usar audífonos, por el contrario, mientras me ejercito, prefiero observar a la gente y sus actitudes.
En este parque, usualmente son más o menos las mismas personas que –como yo- tienen la misma rutina diaria. Es decir ves las mismas caras con frecuencia. Usualmente estas personas están con lentes de sol y oyen música. Creo que la música es una forma de distraerse pero también de evitar estar en contacto con desconocidos.
En un principio, al saludar a las personas con las que me encontraba, unas muy pocas me devolvían los buenos días y si lo hacían, casi nadie me miraba. Entonces me di a la tarea de lograr que cada persona con la que me cruzo allí casi diariamente me responda al saludo.
Algunas personas se sorprendían al ver mi sonrisa y que les mirara a la cara, mientras los saludaba. Respondían bajito, un poco incómodos, pero poco a poco la mayoría se acostumbró y ya tengo gente que sonríe ampliamente, me regala una mirada mientras me saluda o incluso cruza unas palabras adicionales.
Te cuento esto para que veas que cuando emanas algo bueno, eso será lo que recibas de vuelta. No tengas tanto miedo de abrir tu corazón y entregar lo hermoso que está allí.
¿Qué puedes hacer para abrir tu corazón al amor?
En las grandes ciudades debemos usar nuestro sentido común y nuestra intuición para cuidarnos. Al mismo tiempo debemos atrevernos a abrir nuestro corazón a la gente. ¿Cómo hacemos esto? Para comenzar: saluda al vecino, apréndete su nombre, da las gracias a la cajera del supermercado, mira a los ojos de quien te da los buenos días en el ascensor. Mejor aún da tú ese paso de desear un buen día al encontrar a una persona donde quiera que vas. No lo hagas como un acto de buenos modales, sino más bien como una forma de intercambiar genuinamente con las personas.
Verás que poco a poco tu ganas confianza, te sientes más conectada(o) con la gente y quien sabe seguro conocerás a más de una persona que te enriquezca. Es más a lo mejor tu sonrisa deslumbra a alguna de esas personas y así conoces a alguien estupendo. En realidad, lo más importante es que tú estás dando de ti. Probablemente la gente con la que te cruces no será para el resto de tu vida, otras veces sí, nunca se sabe. Lo que sí es cierto es que el intercambio energético y de sentimientos, seguro te hará sentir bien. ¡Inténtalo!
En definitiva, nuestro mundo será lo que seamos capaces de construir. En un simple detalle como mirar a los ojos a una persona, sonreír y saludar podemos marcar la diferencia en nuestras vidas y también en la de los demás. Así que abre tu corazón al amor y dale al mundo la alegría de compartirte.
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.