Navidad, año nuevo y sus emociones
Al llegar la Navidad y el fin de año vienen también una mezcla de emociones. Por una parte la alegría por las celebraciones y por otra las añoranzas por quienes no están o lo que no se tiene. A algunas personas les afecta la soledad y el recuerdo de quienes no están. Por eso comparto contigo mis recomendaciones para disfrutar de esta celebración de la mejor manera posible en medio de tus circunstancias.
Los sentimientos afloran en la temporada decembrina.
Las celebraciones de Navidad y año nuevo están llenas de encuentros con familiares y amigos. Quienes tenemos la fortuna de tenerlos físicamente presentes celebramos con gozo y gratitud. Pero aquellos que o bien no tienen cerca a su familia o que no tienen familiares, pueden sentirse tristes y solos. Asimismo, quienes han perdido a un ser querido en esta temporada, tienen una gran añoranza. También, cuando ha habido una separación muy cerca de Navidad, el duelo se vive de manera intensa.
Otra situación que produce tristeza e incluso rabia o angustia es el hecho de no tener el dinero para cumplir con la tradición de los regalos o todas las reuniones.
En cualquiera de todos esos casos, creo que como seres emocionales que somos, debemos darnos el permiso de sentir lo que nos ocurre y darle un espacio a esas emociones. Es perfectamente válido sentir algo distinto a la felicidad, aún cuando las redes están inundadas de poses, sonrisas y celebraciones.
Sin embargo, tampoco es sano sumirse en el dolor y recrear una y otra vez las razones por las cuales se siente tristeza. Cuando hacemos eso, no son tanto las circunstancias, como la forma como manejamos lo que nos ocurre, lo que juega en contra de nuestra tranquilidad.
Usa tu mente a tu favor.
Dependiendo de dónde pones tu atención, te sentirás. Cuando a voluntad piensas en momentos alegres de tu vida, te sientes bien. Puedes sentir en tu cuerpo esa rica sensación de bienestar. Asimismo, si eliges un recuerdo triste, sentirás en tu cuerpo que baja tu energía y te entristeces.
Todos tenemos buenas experiencias y momentos tristes. Pero nuestra actitud ante ellos hará la diferencia. Así que por favor en Navidad y Año Nuevo, enfócate en tus bendiciones, en las experiencias y personas maravillosas que tienes o has tenido en tu vida.
A no ser que seas un persona depresiva, que es una condición especial, tú tienes cómo usar tus recursos internos para sobreponerte a tus desafíos.
Por ejemplo: ¿Sabías que hay un químico que produce felicidad llamado Serotonina? Este químico se activa entre otras cosas accediendo a los recuerdos alegres. Cuando se produce, te invade una sensación de bienestar. Entonces, nuevamente, por favor hazme caso y usa el poder de tu mente enfocándola en buenos recuerdos y en lo bueno que hay en tu vida.
El amor, la mayor bendición.
Es una fortuna sentir amor. Es un gran regalo que la vida nos da. Sin embargo, cuando este afecto está lejos o ha muerto, podríamos sentirnos devastados. A veces nos perdemos en el dolor de la pérdida sin darnos cuenta de que a pesar de ese dolor, es un privilegio aún mayor el haber sentido ese amor por esa persona. Ahora, si estás en el proceso de duelo, no es el tiempo para verlo. Ocurrirá más adelante, cuando disminuya el dolor, recuerdes los buenos momentos vividos y sonrías.
De la misma manera, hay personas que se entristecen porque sus afectos están lejos. Claro que es rico abrazar a los seres queridos. Pero si la distancia física no lo permite, afortunadamente hay muchos recursos tecnológicos que nos hacen acercarnos a nuestra familia y amigos. La cena de Navidad puede ser igual de alegre compartiendo con ellos donde quiera que se encuentren. Recuerda, lo más valioso es lo que está en tu corazón, así que ojalá te quedes con esa sensación de sentirte agradecido por tener a tu familia y amigos a los que quieres. Nuevamente, este es un ejemplo donde puedes usar el poder de tu mente a favor.
La Navidad y Año Nuevo son tiempos para dar.
Algunas personas están demasiado enfocadas en lo que les falta y lo que añoran, sin darse cuenta de que pueden hacer algo hermoso con su tiempo. En lugar de estar extrañando a sus afectos, pueden crear nuevas memorias y recuerdos. Para quien está triste, no hay nada mejor que dar. Te aseguro que te sentirás muy feliz al compartir, y podrías decir que no tienes el presupuesto para comprar presentes. No me refiero a eso.
Tu mejor regalo es tu presencia. ¿Has experimentado la alegría que sientes al acompañar a unos niños leyendo cuentos o jugando con ellos? ¿Sabes cuántos adultos mayores están solos en centros geriátricos y se alegrarían con que vayas y los oigas? El trabajo voluntario es una de las actividades que más enriquece mi alma y hay miles de formas de hacerlo. Y si no te sientes preparado para esto, ¿Qué tal si te acercas a tus vecinos y organizan algo juntos?
La Navidad también puede ser un tiempo para reinventarnos. Así que sal de las costumbres y lo usual para que hagas de esta temporada algo inolvidable. De veras deseo lo mejor para ti. ¡Feliz Navidad, maravilloso año nuevo y miles de bendiciones!
Autor: Carla Acebey de Sánchez
Mujer, esposa, madre y empresaria. Renacedora profesional, certificada para liderar seminarios del Proyecto Internacional de Autoestima y coach de autoestima, actualmente ejerce como consultora organizacional y facilitadora en talleres, seminarios a grupos y sesiones individuales.